Otro de los "ladrones" de ventas al lineal.
Se ha dicho: “El lineal está muerto”. Pero ¿quién lo ha
matado?, ¿quién está hurtando las ventas que antes se realizaban colgando el
producto de un gancho de supermercado?
Podría pensarse que la situación económica y la paralización
del consumo son los causantes de este languidecer del lineal. En el área de
non-food yo tengo la respuesta clara: Las culpables son las promociones. Un
bebé que nació para dar alegrías a la venta permanente pero pronto se convirtió
en un monstruo que salió de los pasillos de la distribución y acabó ubicándose
en diversos canales, como la banca, la fidelidad por puntos y los periódicos.
El enorme volumen que mueven las promociones en estas áreas han venido a
contraer en los últimos años el mercado al por menor en las salas de venta de
la distribución.
PROMOCIONES EN PRENSA:
Los periódicos comezaron a premiar a sus suscriptores
anuales con artículos de consumo, después continuaron con promociones para
todos sus lectores con la intención de diferenciarse de la competencia y
aumentar su difusión. En al actualidad utilizan la solución promocional como
una via de ingresos ante la merma de entradas por publicidad y se han convertido
en auténticas tiendas en las que conviven simultáneamente varias opciones de
venta a la vez: relojes, pañuelos, menaje de cocina, etc. La entrega del
producto se puede realizar en el punto de venta del periódico (Quiosco) o mediante reserva a través de un “call-center”
en alguna cadena de distribución que garantice la implantación en todo el
territorio de validez de la oferta. Aquí es donde el “monstruo” vuelve a casa,
aunque sólo sea para su entrega. De esta forma entrega a la tienda el negocio
financiero de cobrar todo el volumen de artículos entregados y el beneficio de “meter”
tráfico de clientes en el hipermercado.
Diferenciamos entre dos tipos:
1)
Promociones
de difusión. En las que se regala al lector productos gratis o se vende
con un valor claramente por debajo de su precio de coste con la intención de
captarlo al menos durante un periodo de tiempo mediante una cartilla. En este
tipo de promociones la cabecera no tiene beneficio o, incluso, pone dinero como
inversión para ganar clientes.
2)
Promociones
de beneficio: Son las más usadas. El diario actúa como un canal de
venta y, aunque anuncie atractivos precios, busca ganar dinero con la venta de diversos
productos. Para facilitar la venta las cartillas se hacen más cortas (menos
días de cupones) e incluso desaparecen.
Para conseguir el doble objetivo
de ganar la fidelidad de los lectores durante una temporada y obtener un
beneficio económico, surgen las promo-coleccionables. Este es un trabajo que MAGFESA ha hecho para El Periódico de Catalunya y sale estos días al mercado. El producto coleccionable
debe tener precios más bajos que el de entrega única para conseguir el enganche
del cliente a la colección. No es extraño que se regale el primer artículo de
la colección o se ofrezca más barato que los restantes. Un caso de éxito ejecutado
con destreza por el equipo de Gonzalo Alonso-Alegre, Director General de
Servicios de Mesa de Guernica está siendo esta promo por entregas en el diario
EL CORREO. Modelo replicable a todas las manchetas del mismo grupo de
comunicación.
Han proliferado en los últimos
tiempos las promo-express o “planes” de dia en las que se juega con la
caducidad de la oferta para urgir al cliente a comprar. En este formato han
encontrado hueco desde los restaurantes hasta los viajes o los salones de
masajes. Un ejemplo de esta modalidad lo tenemos en los OFERPLAN de las cabeceras del grupo Vocento. Cada día proliferan
más modalidades de “planes” diarios. Por eso, cuando se trata de objetos
tangibles (electrónica, hogar, etc) proporcionan una venta limitada de unidades
y por ello es utilizada muchas veces por los fabricantes para desestocar restos
de producto de difícil salida del almacén.
Podemos añadir aquí las promociones que se realizan desde las websites
de los periódicos. A este respecto algunos medios tienen ya auténticas tiendas on-line
con diversas categorías de producto de venta permanente. La de EL MUNDO es un ejemplo válido.
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