lunes, 24 de enero de 2011

Marketing Electoral: ¿Está el PP preparado para ganar unas generales?

Siempre he tenido ganas de hincarle el diente al apasionante mundo del marketing político. Esta es mi primera incursión escrita, por lo que pido de antemano benevolencia y manga ancha a la hora de juzgar mi aportación.

En primer lugar haré una diferencia que parece sutil pero es fundamental para centrar el análisis:

- El Marketing político tiene que ver con los contenidos, con el marketing de partido y de candidatos. Podríamos decir que “el marketing político tiene por objetivo el conocimiento de las necesidades, preocupaciones, actitudes y opiniones de una población en una zona geográfica determinada a fin de que la oferta política esté en sintonía con las preocupaciones de los electores o si acaso que permita identificar los desajustes, por una parte, entre los programas de los partidos políticos y de los candidatos, y por otra parte, las opiniones y deseos de los electores”. En éste ámbito englobaremos el extraño caso del candidato fantasma del PSOE.

- El Marketing electoral sería una variante muy concreta del anterior. Se refiere exclusivamente al planteamiento, realización y difusión de unos determinados mensajes, con ocasión de la puesta en marcha de programas electorales para designar al Gobierno de una determinada comunidad política. En esta área tocaré la premeditada escasez de contenido que está practicando la formación de Rajoy.

El pasado fin de semana trataba el PSOE de contraprogramar la convención del PP en Sevilla con una reunión en el que la cabeza de cartel fue Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero: ¿dónde estaba el presidente? El candidato Zapatero está en el “Blackout” más alarmante de la historia democrática de España. Ha desaparecido para darle a Rubalcaba una carrera larga en la que conseguir popularidad de cara a las generales de 2012.

No critico la estrategia. Al contrario, tal vez sea la más acertada. Hacer mutis poco a poco, sin hacer ruido. Sin romper más platos.

Se trata de un plan bicéfalo donde el presidente quemado asume toda la crítica y el candidato aparece libre de culpa con propuestas y ganando liderazgo en la organización. Desde luego el objetivo de la crítica de Rajoy y los suyos debe ser el vicepresidente, que cada día se atisba con más certeza el próximo presidenciable socialista.

Y permitidme ir a los detalles: Rubalcaba habla bajo. Como para que no se le oiga mucho o sin demasiada seguridad. No es bueno con el lenguaje no verbal y repite el gesto de las yemas de los dedos juntas moviendo la mano de un lado a otro. Además es calvo y está flaco, casi enclenque. Me atrevo a decir que le quedan mal las chaquetas del traje. No tiene percha.

En su favor diremos que es un veteranazo y goza de gran peso en el partido. No tiene que hacer la labor de ganarse el respeto porque ya lo tiene en gran medida. Es un genio manejando la información y le creemos conocedor del último rincón de la estructura del estado. Tiene mucha experiencia al más alto nivel político y venderá cara su derrota.

¿Qué pasa con el discurso del PP? Dicen que “están preparados para asumir la responsabilidad”. Pero eso está hueco. Queremos que nos digan concretamente en qué capítulos recortarán el gasto público. Cómo reducirán la administración territorial y cuál es su propuesta de revisar este obsoleto estado autonómico.

Pero los populares parecen haber optado por dejar que el gobierno se consuma en su propia salsa. Esta estrategia puede ser cortoplacista y cualquier variable que pueda sobrevenir antes de las generales puede hacer necesario un cambio de rumbo.

Sugiero tomar las riendas del discurso. Ir a por el candidato (Rubalcaba). Abanderar la lucha contra la creciente delincuencia y la inmigración. En Cataluña, feudo que no les es propicio, ya les ha dado buen resultado. Todo esto dando la imagen más serena, amable y segura posible para evitar la vitola ultraderechista que siempre acaba apareciendo.

En cuanto al Marketing del candidato Rajoy trataré de ser severo y objetivo: veo, desde fuera, un hombre bien comido, al que le pesan dos derrotas electorales, con un evidente defecto de dicción en la letra “s” y hasta un pequeño tic gestual de parpadeo. Esto no le beneficia en la distancia corta y en el primer plano. Por otra parte le veo físicamente fuerte y alto. Además la cuasi euforia se le nota y eso le hace pisar fuerte. Políticamente lo veo capaz y sobre todo valoro la capacidad para haber sobrevivido y rehacer un partido a su medida.

Mi conclusión es que el PP ha decidido dejar perder las elecciones al PSOE, cosa muy peligrosa porque los cambios suceden muy rápido y cualquier contingencia (que las habrá) puede pillarle con el pie cambiado. Y atención al vicio bipartidista, que parece que sólo entran dos en la liza y tendremos a un buen número de partidos tratando de pescar en el mismo pozo del desmoronamiento socialista. Será la “prueba del nueve” para formaciones como UPyD y tal vez la vuelta a la escena decisoria de los partidos nacionalistas.

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